viernes, 23 de septiembre de 2011

VITALIDAD Y ESTILO DE VIDA FRESCO.

El mundo actual es un campo fértil para la predicación del evangelio.    Las guerras, el hambre, los grandes fenómenos naturales cada vez más cercanos, así como la violencia, los cambios aún en el concepto de familia, entre muchos factores más nos lo demuestran, pero ¿está tu iglesia preparada para dar a conocer la Palabra de Dios a este mundo?  

Tiene tu iglesia la vitalidad y el estilo de vida fresco para ofrecerle a las personas momentos significativos durante su estancia en el templo?

Para poder responder esta pregunta, es necesario revisar si tu iglesia tiene algunas caracerísticas que son esenciales para hacer la diferencia.   ¿Los líderes de tu iglesia están capacitados adecuadamente para ministrar a los miembros y a todos los visitantes?   ¿Tienen una visión clara y precisa de como tener vitalidad y frescura?   Que importantes son éstas dos características, pues son el fundamento para tener la capacidad de darle al congregante y al visitante una oportunidad de relacionarse con Dios profundamente.

¿Los ministerios se fundamentan en los dones que Dios ha dado a las personas?  ¿Es contagiosa la espiritualidad de tu iglesia?     Piensa un momento en los dones que posee la iglesia: organización, coordinación, canto, puntualidad, motivación, dirección...    Todo esto y más Dios le ha dado a cada persona en la iglesia, los ministerios deben estar basados en los dones de cada quien.    Además no puedes contagiar a alguien de lo que no tienes, así como si no tienes gripa no puedes contagiar a los demás, de la misma forma, si tienes espiritualidad, la contagias. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario